miércoles, 29 de abril de 2009

La puntita

Lo malo es mentir
palabras de amor.
Acéptalo,
no estamos para eso,
nos falta valor.

Tú sabes lo que dicen de mí,
y sabes lo que dicen del amor,
como yo sé que tú lo sabes
me lo callo,
y acordemos que la gente
miente cuando habla de los dos.

Acéptalo,
no estamos para el romance,
entreguémonos al trance,
que eso sí es para los dos...

lunes, 27 de abril de 2009

Tú no tienes alma

Tú no tienes alma,
yo no tengo valor para ver cómo te marchas
como si no pasara nada.

Tú no tienes ganas,
y yo me muero por darte las fuerzas que hagan falta.
Tú no tienes derecho a decirnos adiós,
y yo no tengo el derecho a decirte que no,
si no tienes ganas, yo no tengo nada.

Dime si has visto por fin
que una vida te basta.
Mira, no inventes,
pasa la gente,
pasan las cosas,
pasan tan rápidamente.

Tú no tienes cara de abandonar la batalla,
¿y cómo tienes cara?
¿cómo puedes dejar de mirarnos a los ojos?
como si no pasara nada, nada, nada...

Seguiré inventando,
sin pararme en los detalles;
cada día otro motivo pa' esperar el alba.
Seguiré gritando que ni el cielo fue bastante,
pa' olvidarte dame un alma
que no sepa nada de tus manos.

Tú no tienes alma,
te abandonas cansada a un destino que te marca.
Tú no tienes la vida más tiempo que yo,
y yo no tengo la llave que cierra el dolor,
si no tienes alma, yo no tengo nada...

Dime si ves por ahí un espacio y te escapas...
Mira no inventes,
pasa la gente,
pasan las cosas,
pasan tan rapidamente.

Harto de oírte decir que la vida es muy larga...
Mira no inventes,
pasa la gente,
pasan las cosas,
pasan tan rápidamente...

No olvidar.. 2

No todo


lo que es oro


brilla...
Y allí con impiedad
me vi morir de pie,
bebí tu vanidad;
y entonces comprendí mi soledad
sin para qué.
Llovía y te ofrecí el último café...

El día que me quieras...

Acaricia mi ensueño
el suave murmullo de tu suspirar,
como ríe la vida
si tus ojos negros me quieren mirar.
Y si es mío el amparo de tu risa leve
que es como un cantar,
ella aquieta mi herida,
todo, todo se olvida.

El día que me quieras,
la rosa que engalana,
se vestirá de fiesta con su mejor color.
Al viento las campanas
dirán que ya eres mía,
y todas las montañas
se contarán tu amor.

La noche que me quieras,
desde el azul del cielo,
las estrellas celosas
nos miraran pasar.
Y un rayo misterioso
hará nido en tu pelo,
luciérnaga curiosa que verá
que eres mi consuelo.

Cuando tú me quieras...

¡Flor de ilusión!, mujer hecha de fuego,
yo te soñé divina como eres,
y entre el amor febril de todas las mujeres,
tú eres mi Dios y en mi querer te alzo mi ruego.
Sin ti la vida ya no tiene encanto...
Dame el Edén de tu cariño ardiente,
que cual te adoro nadie adora tanto
¡Rayito de oro, luz de mi pasión!

¡Nena!,
cuando tú me quieras, nena,
cesará la triste penaque me llena de dolor...
¡Cielo!,
cuando tú me quieras, cielo,
yo te daré con anhelo
la grandeza de mi amor.

Un nido ideal de flores coronado
le brindaré gentil a tus amores
y al dulce arrullo de tu piel enamorado,
tu vivirás feliz sin penas ni dolores.
Y en el delirio de mi fiebre loca
yo quiero unir mi fe con tu hermosura,
fundir después tu boca con mi boca,
¡rayito de oro, luz de mi pasión!

jueves, 16 de abril de 2009

Cuartito azul
de mi primera pasión,
si alguna vez

volviera la que amé,
vos le dirás
que nunca la olvidé.
Y quieren


que yo les explique


cómo se deben usar


las noches...
Verte de nuevo,
mirar dentro de tus ojos,
devorar tus labios con mi mente,
observar cómo cae el pelo
sobre tus hombros;
medir tu figura con mis dedos,
mirarte mirar,
mirarte mirar…
Verte de nuevo,
a metros de distancia,
que me gustes aún sin
divisarte por completo,
saber algo tuyo sin haberte mirado,
detenerme en el movimiento
de tus brazos cuando caminas,
hacerte reír y enamorarme
de la melodía de tu risa de niña,
sumergirme en tu risa,
en tu risa que me llena
y me desarma el alma…
Ahogarme en tu boca,
besarte profundamente,
morderte los labios,
que me toques como aquella vez…
Dejar que apoyes
tu cabeza en mi hombro,
respirar profundo y sentirte adentro mío,
inhalar tu aire en cada respiración
para llevarte siempre conmigo,
hacerte saber que necesito tu presencia,
quedarme callada,
dejarme asombrar por tu hermosura.
Eres lo que hoy encuentro más especial,
¿cómo no querer verte?,
¿cómo no querer respirarte?
Respirarte,
respirar del aire que llena tus pulmones,
fundirme en vos y que seamos una sola…
Parte XV

Llama con su celular a la casa,
escucha cómo suena el teléfono
pero nadie responde.
De pronto, siente la puerta delantera
cerrarse bruscamente.
Entonces corre hacia el frente
de la casa y ve que la puerta
en realidad no se cerró,
sino que quedó entreabierta…
¨Bianca…
¿Estás aquí?¨
Bianca no responde.
Entra, caminando lentamente.
Un silencio ensordecedor
invade toda la casa.
Sube por las escaleras
hacia el cuarto de Bianca.
El corazón le late tan fuerte
que parece querer salirse de su pecho.
Sí, está muy nerviosa,
y tiene miedo de lo que
pueda llegar a encontrar…
Al principio del pasillo
de piso de madera
que conduce a la habitación,
hay una pequeña mancha roja.
Está fresca…
Camina hasta la puerta de la habitación,
y al intentar abrirla,
nota que está cerrada con llave.
Golpea incansablemente fuerte
la puerta, pero Bianca no responde.
Pero, como era de imaginar,
Rebecca es capaz de hacer
cualquier cosa por Bianca,
y patea la puerta con tal fuerza
que logra abrirla.
Ahora sí encontró a Bianca:
bañada en sangre.
Rebecca se tira en la cama
al lado de Bianca,
y la toma en sus brazos.
Acerca su oído a la boca de Bianca
y una respiración débil
sale de sus labios.
Sacude a Bianca con rapidez
para que esta despierte.
Bianca abre sus ojos lentamente,
y de ellos caen lágrimas.
Rebecca comienza a llorar
inconsolablemente también.
Bianca casi no puede hablar,
pero logra decirle a Rebecca
que su ex novio entró a su casa
cuando ella volvía de hacer
unas compras para almorzar juntas.
Ella estaba abriendo la puerta
y él, tomándola por sorpresa,
entró tras ella.
No perdió tiempo para
subirla a la habitación
y comenzar a golpearla
interminablemente.
La golpeó durante casi una hora,
y le arrancó la ropa como un animal.
Bianca sólo alcanzó a darle
una bofetada, sin conseguir nada,
obviamente,
pues Luciano es un hombre
de 29 años, alto,
mide unos 2 metros aproximadamente,
su estructura corporal es muy grande,
y tiene mucha fuerza.
Las cosas entre él y Bianca
no habían terminado bien,
ya que él la había dejado
por otra mujer,
pero por cosas del destino,
cuando él intentó volver con ella,
ya era tarde,
porque Bianca ya había comenzado
una vida sin él a su lado,
y esto enloqueció a Luciano.
Decidió viajar donde Bianca
y golpearla hasta matarla.
Rebecca le pide por favor
que no la abandone,
y corre a llamar a una ambulancia.
Esta tarda pocos minutos
en venir, y también llega
la policía.
Bianca es llevada a un hospital
cercano, y Rebecca va con
la policía.
Como era de esperar,
es interrogada.
Convengamos, que la niña
no puede contar toda la verdad,
pero trata de relatar los hechos
lo más creíble posible para que
se sepa que Luciano fue quien
intentó matar a Bianca.
Le piden que de una descripción
lo más detallada que pueda de Luciano,
y da una más que exacta…
Es que la verdad es que ella
ya lo conocía,
porque durante unas veces
de las que observaba a Bianca,
esta estaba con Luciano.
La policía, luego de realizar
investigaciones, capturó a Luciano,
quien fue sentenciado a cadena perpetua.
Bianca no pudo hacer declaraciones,
pues estaba inconsciente,
y luego de 4 días de estar
en estado de coma,
murió.
Sus alumnos asistieron a su entierro,
incluida Rebecca, por supuesto.
La niña quedó destrozada por dentro,
sus lágrimas caían de sus ojos
una tras otra,
pareciendo no tener final.
De las veces que había sufrido
por alguien, esta se sentía
la peor, la más dolorosa de todas…
Y es que el amor que tanto
había esperado se había ido…
¿Como sería una vida sin Bianca...?




Fin.-

martes, 14 de abril de 2009

Parte XIV

Es otro lunes.
Rebecca no puede esperar
a que la clase termine:
pues Bianca la espera en su casa…
Pero cuando uno se encuentra
con mucha prisa, es como
si ocurrieran hechos que retrasan
la llegada de lo que esperamos,
y eso nos pone más ansiosos aún…
Tan así será, que cuando Rebecca
sale del colegio, sus amigas
(que no saben nada de
su historia con Bianca)
le proponen ir a comer algo juntas,
a lo cual Rebecca se niega.
Pero sus amigas insisten,
diciéndole que hace mucho tiempo
que no comparten todas juntas
un almuerzo o una salida.
Rebecca no tiene más remedio
que acceder a irse con ellas.
¨Puedo comer algo rápido
e irme…¨, piensa.
Y así lo hace.
Come poco, se disculpa con
sus amigas diciendo que
su madre la espera y se marcha.
Sus pasos son rápidos,
y su pulso se acelera
porque piensa en los besos
que la esperan tras la puerta
a la que toca.
Pero, ¿hay besos hoy?
Sí.
Siempre los hay…
Otra vez toca a la puerta.
Nada.
Insiste una tercera.
Esta vez toca más fuerte,
¨quizá Bianca esté en el patio¨,
piensa.
Nada.
Se dirige por un estrecho
pasillo que está a uno de los
lados de la casa hacia el patio.
Para entrar al patio,
es necesario abrir la puerta de madera
con la llave que Bianca esconde
dentro de una pequeña maceta,
de la cual, por supuesto,
Rebecca sabe el escondite.
Toma la llave y abre la puerta
apresuradamente.
Ingresa en el patio.
Los días lluviosos ya acabaron,
y ahora un sol más que radiante
invade el patio,
reflejándose en el pasto.
Todo se encuentra en
un perfecto silencio.
Rebecca se sube a un
pequeño escalón y asoma
sus refulgentes ojos por
una pequeña ventana
que permite ver hacia adentro.
Mira.
Nada.
No hay movimiento,
no hay sonidos.
Nada de nada.
¨¿Acaso habrá olvidado
que íbamos a vernos?¨
Llama a Bianca,
porque ¨quizás esté
dormida¨, piensa.
Nuevamente nada.
Apoya sus útiles
en el suelo
(porque no le gusta
usar mochila y los lleva
en sus manos)
y vuelve a subirse al escalón.
Mira con atención.
(Tiene una extraña sensación…)
Mira detenidamente cada una
de las partes de la casa que puede
ver desde aquella pequeña ventana.
Nada de nada.
¿Nada de nada…?

miércoles, 8 de abril de 2009

Parte XIII

Ya pasaron 3 semanas,
y Bianca y Rebecca siguen juntas,
viéndose unas tres veces por semana.
Ya salieron juntas a compartir
algún paseo, al cine
(donde hicieron el amor,
debo decirles…),
a algún parque…
Las dos están muy felices,
y aunque Bianca pensó más
de una vez en cómo va a seguir
esto que tienen por los problemas
que pueden surgir,
siempre le gana el amor que
siente por Rebecca,
y deja todo lo demás de lado…
Cada clase en el colegio
es un manantial de miradas
como flashes que se dan las dos,
y, algunas veces, cuando finaliza la hora,
se encuentran en el baño,
para besarse locamente.
Bianca se siente como
una niña de la edad de Rebecca,
derrochan tanta vida sus ojos,
tanta alegría.
Hace muchos años no se sentía así,
y disfruta cada momento.
Rebecca siente mariposas en el estómago,
cada vez que ve a Bianca
sus ojos se encienden
y su mente piensa las cosas
más apasionantes.
Su humor se elevó,
todo lo ve con buenos ojos,
y hasta mejoró sus notas.
Todo marcha bien…
Parte XII

Bianca camina a su casa
sonriendo, está realmente feliz…
La sensación de la piel de Rebecca
le recorre el cuerpo entero,
llenándola una vez más.
Hasta ella misma no puede creer
que una jovencita de la edad de Rebecca
sacó de su mente al hombre
que amó durante tantos años.
Y es que ya no siente nada por él,
porque lo único que desea son
los besos de Rebecca,
las manos de Rebecca en su rostro…
Entra a su casa y suena el teléfono.
Es Rebecca.
¨¡Es Rebecca!¨,
grita Bianca por dentro.
Hablan poco,
pero poco es suficiente para
acordar verse en una hora.
Tocan a la puerta,
y Bianca recibe a Rebecca
con un beso en los labios.
No tardan en comenzar
a hacer el amor nuevamente,
muy despacio, pero intensamente.
Primero Bianca pone a Rebecca
contra una de las paredes,
deslizando su mano debajo
de la falda a cuadrille
que tanto le gusta…
Rebecca eleva sus manos
sobre su cabeza y trata de
aferrarse aunque sea
a algo, porque no aguanta más,
es demasiado fuerte lo que siente
cuando Bianca la besa,
sus labios la hacen sentir
que está en otro planeta,
o que Rebecca no pertenece
a este mundo…
Y la verdad es que debo decirles
que las dos se sienten así,
porque esta niña enamorada
logró enamorar a su profesora,
que ya la lleva dentro de su alma...
Bianca le hace el amor
a Rebecca hasta verla terminar.
La niña queda ida,
fuera de órbita,
con la respiración entrecortada...
Se dirigen a la habitación de Bianca,
dándose besos cortos mientras caminan.
Las dos en la cama,
transpiradas,
los cuerpos mojados,
los gemidos dejándose oír
cada vez más fuerte…
Hacen al amor varias veces,
amándose más,
enamorándose más con cada beso.
Cuando terminan,
cansadas,
se quedan en el patio,
sentadas en el pasto,
mirando los árboles,
porque Bianca tiene un patio
exclusivamente enorme,
y a Rebecca le fascina.
Se besan.
Se besan sin parar.
Están enamoradas.
Y además se aman…

martes, 7 de abril de 2009

Parte XI

Es lunes.
Llueve torrencialmente
y la humedad se hace sentir
en cada rincón del aula.
Hoy Bianca se encuentra
en perfecto estado de ánimo:
puede notarse en sus ojos,
que tienen un brillo especial.
Rebecca está sentada en su silla
en una posición muy cómoda,
su rostro demuestra tranquilidad.
Al entrar Bianca,
las dos se miran
y una sonrisa de complicidad
sale de sus bocas.
La clase se vuelve muy dinámica
esta vez, muy activa.
Bianca habla derrochando
una tranquilidad incomparable,
y Rebecca se llena de orgullo
al saber que la alegría y la tranquilidad
de su profesora se debe a ella.
La hora pasa rápido esta vez,
porque alguna vez me dijeron
que ¨los momentos buenos
se terminan rápido…¨
Todos salen del aula
apresuradamente como siempre,
y Rebecca se queda última en la fila
para salir, con motivo de algún acercamiento,
a lo cual Bianca responde automáticamente
agarrándola de los dos brazos
y apoyando su cuerpo con fuerza
en la pared,
besándola intensamente...
Ay! las piernas de Rebecca tiemblan…

Las manos comienzan a sudarle,
y sus ojos se cierran.
El beso no puede durar mucho,
cualquiera podría entrar al aula,
o pasar por allí,
y resultaría demasiado peligroso,
pero, vamos a admitirlo,
¿a quién no le gustó correr peligro
haciendo algo intrigante,
o, más aún, haciendo algo
prohibido,
indebido…?
Yo misma puedo confesar
que más de una vez me encontré
haciendo
precisamente aquello
que no debía estar haciendo,
pero, a pesar de saber los peligros
que corría,
continuaba haciéndolo,
porque
el sabor de lo prohibido
se disuelve lentamente en mis labios…

Y así como yo seguí haciendo
aquello que no me estaba permitido,
continuaron el beso Rebecca y Bianca.
Luego de 15 minutos de beso ininterrumpido,
las dos se saludan dulcemente
y se marchan...

viernes, 3 de abril de 2009

Parte X

Es lunes.
Suena el timbre anunciando
el fin del día escolar,
y Rebecca se dirige a la salida,
cuando Bianca la toma del brazo
y le dice:
¨¿Te gustaría venir
a mi casa ahora?¨
¨Sabes que sí…¨
En el camino van
conversando y riendo juntas.
Llegan a la casa,
entran.
Bianca prepara una deliciosa
comida para las dos.
¨Cocinas muy bien¨,
dice Rebecca con una sonrisa.
¨Gracias¨,
responde Bianca.
Luego del almuerzo
se sientan en el sillón grande
y miran algo en la televisión
mientras conversan.
Y en un momento en que
las dos se quedaron calladas,
Rebecca toma a Bianca
por detrás del cuello
y le imprime un fuerte beso
en los labios.
El beso es largo,
largo y apasionado.
Cuando Rebecca retira
su boca de la de Bianca,
esta última se queda mirándola
como sorprendida.
¨¿Ocurre algo?¨,
pregunta Rebecca.
¨No… no ocurre nada…
Es solo que sentí demasiado
con tu beso…¨
¨Entonces te haré sentir
un poco más…¨

Y otro beso es impreso
en la boca de Bianca.
Un beso se convierte en dos,
la camisa de Bianca
ahora está sobre la alfombra,
y su falda pronto acompañará
a la camisa…
Bianca siente algo de miedo,
pues es su primera experiencia
con una mujer,
y precisamente esta primera
experiencia es con una jovencita
que parece saber más que ella
en la materia…

Rebecca se posa sobre las piernas
de Bianca abriendo las suyas,
y le toma el rostro
con las dos manos.

Bianca no puede ni tocarla,
y Rebecca lo nota.
Entonces toma las manos de Bianca
y lentamente las acomoda sobre
su cintura ya desnuda.
Este es el momento en que Bianca
(sin poder explicarles muy bien
por qué…)
explota de placer instantáneamente,
y saca a Rebecca de encima suyo.
Pero no la saca porque desea detenerse,
sino para acostarla con fuerza
a lo largo del sillón
y acostarse sobre ella.
Bianca se siente algo sorprendida
con esta reacción que acaba
de tener, dado que nunca
había hecho esto,
pero no es motivo para detenerse.
Que Bianca haya reaccionado así
es algo que excita mucho a Rebecca,
y empieza a gemir suavemente.
Rebecca ahora está dejando salir
de adentro suyo todo aquello
que guardó durante tanto tiempo;
Bianca se deja llevar por lo que
la piel de su alumna le pide…
La profesora se encuentra
en ropa interior,
ropa interior de encaje azul oscuro
(¨combina con su falda¨,
piensa Rebecca).

La alumna todavía conserva
su falda y su ropa interior.
Bianca muerde suavemente
los pechos de Rebecca
y besa sus ojos.
Rebecca despeina el cabello
de Bianca y presiona
sus glúteos,
subiendo
por la espalda con
la punta de sus dedos.

La respiración de Rebecca
se acelera cada vez más
y sus ojos se cierran por completo,
hasta que un gemido más fuerte
que los anteriores sale de su boca.
Primer orgasmo de Rebecca.
Bianca no puede creer que
aún con la ropa puesta la joven
pueda haber alcanzado
el punto máximo del placer,
y eso la hace sentir bien.
¨Quiero que seamos
una sola las dos…¨,
le dice Rebecca con
la voz entrecortada.
¨No sé cómo hacerlo aún…¨
¨Hazlo así…¨,
le indica Rebecca,
y tomando una de las
manos de Bianca,
la introduce debajo de su falda
y la deja entre medio de sus
atléticas piernas.

Bianca puede sentir la humedad
de Rebecca en su entrepierna:
primer orgasmo de Bianca.
¨Siento que puedo morir
si sigo tocándote…¨

Rebecca hace que Bianca
introduzca lentamente uno
de sus dedos dentro de ella…
Y Bianca siente algo tan
pero tan placentero al entrar
en Rebecca, que lo hace
como si lo hubiera hecho
mil veces antes…
Se lo hace lento,
pero con mucha intensidad
y pasión.
Rebecca sacude su cuerpo
en el sillón y sus caderas
se mueven al ritmo que Bianca
mueve sus dos dedos ahora
dentro de ella…
Ahora Bianca mueve sus dedos
con más rapidez, pero no demasiada,
y así sigue haciéndolo
hasta hacer gemir fuerte a Rebecca
otra vez más.
Segundo orgasmo de Rebecca…
Bianca sale del cuerpo de Rebecca,
y con ayuda de sus dos manos,
arranca el sostén de la joven
con fuerza.
También lo hace así
con lo que queda de la ropa interior.
Pero le deja puesta la falda,
porque la excita mucho verla así…
Por su parte, Rebecca le quita
absolutamente todo y juntas
se deslizan hasta la alfombra
que está debajo de ellas.
Comienza a llover muy fuerte
y ahora todo es gris más oscuro aún…
Las dos se arrodillan
una en frente de la otra,
y se miran fijamente.
Se besan nuevamente
y los gemidos se dejan oír
una vez más…
Ambas entran en el cuerpo
de la otra lentamente,
y se mueven exactamente
al mismo compás…
Rebecca le besa el cuello:
segundo orgasmo de Bianca.
Siguen moviendo sus manos
a la misma velocidad,
y ahora lo hacen tan sólo
un poco más fuerte,
aumentando la velocidad
de a poco.
Sus cuerpos están húmedos,
y gotas de transpiración
caen desde sus cuellos
hacia más abajo.
Rebecca hunde sus dedos
en Bianca lo más que puede
y así las dos estallan
en gemidos y besos…:

tercer orgasmo de las dos.
Exhaustas, se dejan caer
por completo sobre la alfombra,
quedando acostadas una al lado de otra.
Permanecen en silencio
por largo rato, acariciándose
el cuerpo.
¨Te amo… Realmente te amo…¨,
dice Rebecca derramando una lágrima
de éxtasis.
¨Y yo me he enamorado
de ti hoy…¨
Se abrazan intensamente…
Parte IX

El clima sigue igual.
Son las 18.30
y Bianca espera sentada
en el café donde acordaron la cita.
(Lleva consigo el cuaderno).
De pronto siente un perfume
que la hace voltear para ver
quién es la portadora de
aquel enérgico aroma.

Y, por supuesto,
no podía ser nadie más
que la bella Rebecca.
Bianca la observa caminar
y siente atracción por ella
en este momento.
Todavía lleva puesto
el uniforme escolar,
lo cual la hace más sensual aún.
Este sentimiento asusta un poco a Bianca,
porque nunca antes se había
sentido atraída por una mujer,
menos por una jovencita.
Sonriendo, Rebecca saluda
y se sienta frente a Bianca.
En principio, conversan de
cosas que no se relacionan
con el motivo del encuentro,
como la escuela,
o la familia.
En determinado momento,
Bianca decide comenzar a hablar
sobre lo que ocurre.
Entonces llena a Rebecca de preguntas.
Rebecca, gracias a la madurez
de la cual goza,
le responde:
¨No debes pretender respuestas,
porque no son necesarias
las preguntas que te haces
y me haces a mí.
No creo que sea tan dificulto
entender que estoy enamorada de ti,
que lo que siento cuando te veo
es muy fuerte.
¿O acaso vas a decirme que
hay explicación o respuesta
para esta clase de cosas?¨
Una vez más, Bianca
queda muda.
¨Lo único que puedo decirte
es eso, y nada más,
porque es muy simple.
No sé por qué los adultos
siempre tienden a hacer
las cosas más complejas
de lo que ya son…¨
¨Está bien, no más preguntas,
lo prometo¨,
dice Bianca.
¨Me llena de alegría lo que
sientes por mí,
y más aún que me lo digas…
Pero debes saber que
no es posible ningún tipo
de contacto entre nosotras.
Pertenecemos a mundos distintos,
porque yo ya soy adulta,
y no quisieras estar en medio

de los problemas que los adultos
tenemos…¨
¨¿Acaso tienes miedo de
que te ame y así llegues
a amarme?¨,
pregunta Rebecca con una sonrisa
desafiante en su rostro.
¨No, no es miedo,
no me enamoraría de ti.¨
¨¿Cómo puedes estar
tan segura de eso?
¨Porque sí, es obvio.¨
¨Para mí no es obvio.
Haz la prueba y verás.¨
¨No necesitamos probar nada.
Por favor no insistas,
sería inútil,
y no quiero problemas,
ni que sufras.¨
¨Tan sólo te estoy proponiendo
que pruebes estar conmigo,
sólo eso. No pido nada formal,
ni nada serio si no lo deseas.¨
¨No! Sabes que no se puede¨
¨Ahora, dime una cosa…
¿Sabes diferenciar entre ¨querer¨
y ¨poder¨?¨
¨Sí, claro que sé¨
¨Entonces… ¿no quieres
o no puedes?¨
¨Toma, te olvidaste esto
ayer debajo del banco…¨
¨No me esquives…
¿No quieres o no puedes?¨
¨No quiero¨,
dice Bianca mirando hacia el suelo.
¨No. Así no. Al menos,
si es verdad que no quieres,
dímelo de frente,
que yo pueda ver en tus ojos
que no quieres…¨

¨No puedo…¨,
le responde Bianca mirándola
fijo a los ojos.
¨Entiendo que tengas miedo
a lo que pueda llegar a ocasionar esto,
pero yo realmente deseo
estar contigo…¨
¨Está bien…
Podría llegar a resultar…¨

jueves, 2 de abril de 2009

Parte VIII

Prepara un café con leche
y toma un poco del pastel
de manzanas que preparó hace instantes.
Sigue lloviendo desde hace
una semana entera,
y el clima es bastante frío,
con algo de viento.
Bianca ama los días así,
también Rebecca.
Aunque ellas no lo sepan,
comparten muchos de su gustos,
a pesar de la diferencia de edades,
a pesar de la ventaja que le lleva Bianca
en cuanto a experiencias vividas...
Por ejemplo, puedo contarles
que ambas son muy meticulosas,
muy exigentes y detallistas,
especialmente en cuanto
a ellas mismas.
Las dos cuidan mucho su cabello,
porque creen que es una potente
arma de sensualidad,
y les gusta llevarlo lo más largo posible,
para que se luzca mejor.
Tanto Bianca como Rebecca
adoran profundamente los días lluviosos,
muy grises y húmedos.
En días como estos,
suelen sentarse a solas
sin ninguna luz artificial encendida
para pensar por largo rato...
Siempre que hacen esto,
lo hacen frente a una ventana,
preferentemente grande,
que dé a la calle,
o a algún paisaje,
porque esto les trae recuerdos
y les hace pensar más...
Pero ahora volvamos a Bianca,
al café y el pastel de manzanas
que preparó recién.
Toma su taza de café
(que es de las grandes,
porque odia tomar algo tan delicioso
en tazas pequeñitas, tal como
son los pocillos, por ejemplo),
apoya el platito con el pastel
sobre la mesita redonda de madera
y se sienta en el sillón
que está junto al ventanal favorito
de su casa.
Para ella,
todo esto es como
una especie de ritual,
como una especie
de preparación previa.
Cuando adquiere la posición
que la hace sentir más cómoda,
toma la taza en sus manos,
la acerca lentamente a su rostro,
y delicadamente pega sus labios
a la porcelana.
Primer sorbo de café con leche.
Se siente muy bien después
de un largo día escolar.
Mira con atención dentro de la taza,
y descubre casi sin quererlo
que la suavidad que le da la leche
al color oscuro del café,
le hace recordar el tono
de la piel de Rebecca.
Esto la deja absorta,
pues su alumna está en su mente ahora,
está ella y no él...
Trata inútilmente de sacarla
de su pensamiento,
pero han pasado 15 minutos
y Rebecca todavía se encuentra allí...
Se pone algo nerviosa.
Como no puede dominar
sus pensamientos,
no se fuerza más a sí misma
a quitar a Rebecca de su mente,
y la piensa,
la piensa exquisitamente.
Nota que la conoce más
de lo que creía conocerla,
porque puede recordar con exactitud
cada detalle de lo que es Rebecca.
Recuerda su cabello
(el cual considera incomparable),
sus ojos negros
(nunca antes había visto unos
ojos así),
su boca pequeña pero carnosa,
su altura media,
la forma en la que camina,
cómo la falda del uniforme
le roza las atléticas piernas
típicas de una chica de su edad.
Y se asombra aún más
al informarse que realmente
le agrada mucho Rebecca.
Repentinamente recuerda el cuaderno
en su cartera,
y corre a buscarlo.
Primero lo mira detenidamente,
sin abrirlo
(porque, como habíamos
dicho antes, es muy detallista).
Le agradan los colores en el cuaderno,
le dan la sensación de que
Rebecca es una niña llena de vida.
Finalmente lo abre.
El cuaderno es una recopilación
de fotos, cartas guardadas,
boletos de conciertos,
envoltorios de dulces
(y de otras cosas también...),
dibujos, frases,
figuritas, adhesivos.
Sonríe al dar vuelta cada página,
porque le transmite tanta alegría,
tanta inocencia y a la vez
tanta vivacidad...
Descubre que Rebecca ya ha
tenido experiencias sexuales,
no demasiadas, pero sí algunas
(tanto con chicas como con varones).
En algunos escritos hechos
por Rebecca misma,
se revela fácilmente lo dulce
pero a la vez apasionada que es
cuando está con alguien.
Páginas más adelante,
se topa con escritos sobre ella misma,
lo cual la hace hasta derramar lágrimas...
Llora porque nunca antes
alguien había escrito cosas
tan bellas y profundas
por y para ella.
Termina de leer el cuaderno.
Lo cierra.
Ahora está extremadamente
interesada en Rebecca,
y siente en su interior
unas inexplicables ganas de verla.
Algo la hace entrar en razón,
y sabe que no puede
pretender nada con Rebecca,
los problemas que esto traería
serían irreparables,
y no quisiera perder su empleo,
ni ocasionarle problemas
a Rebecca.
Se levanta del sillón...
Parte VII

Ha pasado una semana
y no puede dejar de preguntarse
cómo es posible que lo sepa...
¿Cómo preguntárselo?
La carcome la intriga,
porque sabe que es imposible
que lo sepa,
que sepa algo de su vida privada.
Pero sin embargo sabe algo...
Hora de dejar los pensamientos
personales de lado: hora de entrar
a clase nuevamente.
Ya las clases no son las mismas
desde lo ocurrido,
porque ahora es casi como si
sólo diera clase para Rebecca,
puesto que su concentración
está completamente focalizada
en ella.
Y la hora de duración
que tiene cada clase,
para Bianca y Rebecca
se extiende a dos,
o a veces hasta tres horas...
Cuando finaliza la hora,
Rebecca espera sentada en su lugar
a que todos se retiren del aula.
Al vaciarse el aula,
Rebecca camina lentamente
hacia Bianca, en silencio.
Toma la silla del primer banco,
y se sienta frente a su profesora.
¨¿Puedo ayudarte en algo?¨,
pregunta Bianca simulando indiferencia.
¨No necesito tu indiferencia¨
¨¿Perdón...?¨
¨Sí, tu indiferencia, yo
no la necesito...¨
¨¿Entonces qué es?¨
¨Que hablemos... fuera
de este ambiente, por supuesto...¨
¨Está bien, pero nadie...¨
¨Nadie debe enterarse, lo sé¨,
la interrumpe Rebecca.
¨Podríamos ir a un café
que conozco que creo
seguro para las dos. Toma,
aquí tienes la dirección.
¿Mañana viernes te parece bien?¨
¨Cualquier día me parece bien
para verte...
Adiós...¨
Bianca se queda largo rato
mirando la lluvia caer
por la gran ventana del aula.
Se acerca lentamente
al banco de Rebecca,
y se sienta en su silla.
Le parece muy extraño,
pero la verdad es que puede
sentir el perfume de Rebecca
estando allí sentada...
(lo cual le produce una sensación
fuerte en su estómago...).
La pequeña mesa está repleta
de asombrosos dibujos
y palabras escritas en letras grandes.
Sonríe porque esto le provoca ternura.
Introduce una de sus manos
debajo de la mesa,
y puede palpar algo.
Es un cuaderno de muchas hojas,
con las tapas de colores.
Lo guarda en su cartera y se va.

miércoles, 1 de abril de 2009

Parte VI

Los nervios pueden notarse
en la voz de Bianca,
quiere mirar para otro lugar,
o a los otros alumnos,
pero no puede dejar de arrojar
miradas cortas hacia
donde está Rebecca...
Por su parte,
Rebecca no para de hundir
sus ojos negros en los de Bianca,
y sonríe al notar lo nerviosa
que esto la hace poner.
La clase se hace interminable
para Bianca, lo mismo para Rebecca.
Y así van pasando los minutos,
unos tras otro,
y las dos sienten que no hay
otras personas en el aula,
porque la verdad es
que ninguna de ellas,
ni Bianca ni Rebecca,
están atentas a su entorno,
tan así es,
que Bianca deja caer
accidentalmente de sus manos
el vaso de agua que toma
todos los días mientras está
en la clase de Inglés del curso de Rebecca.
Como todos los alumnos están dispersos
por la falta de autoridad
que lleva hoy Rebecca
a causa de su desconcentración,
nadie nota que el vaso
se partió en mil pedazos
y el líquido alguna vez
allí dentro se desparramó
por gran parte del suelo.
Entonces Rebecca
desde su último banco,
camina de esa forma tan particular suya
hasta llegar donde Bianca,
se agacha para ayudar a su profesora
a juntar los trozos de vidrio,
y sonriéndole le dice en voz baja:
¨Esto ocurre porque sigues tomando
algo que ya no necesitas...
Él ya partió, no es necesario
impedir un embarazo...
Y cuidado, no quisieras
cortar tus hermosas manos
con algún trozo de vidrio...¨
¨¿Cómo lo sabes?¨,
pregunta Bianca con los
ojos muy abiertos.
¨Lo sé porque lo sé¨,
le responde Rebecca.
¨Pero... cómo...¨
¨Es suficiente por hoy,
mejor vuelvo a mi lugar,
y tú terminas la clase¨.
Y sonriendo se va hacia atrás...
Parte V

Bianca camina a su casa,
hoy también el cielo es gris.
No puede parar de pensar
en lo que su alumna
acaba de decir...
¨¿Cómo es esto posible?¨,
se pregunta reiteradas veces.
Busca una explicación
y no la encuentra.
Piensa y piensa.
Así arriba a la conclusión
que quizás es algo
que Rebecca está experimentando
tan sólo por la edad que tiene.
(En realidad, ruega que sea eso,
no por menospreciar la diversidad sexual,
sino por el problema
que le implica esto).
Ella nunca había siquiera pensado
en estar con una mujer.
¨¿Y si fuera una broma?¨,
se pregunta ahora.
Llega a casa.
El aire le trae el aroma
de la piel de él,
y con eso basta para dejar
de pensar en Rebecca,
en lo que ella le dijo,
en el colegio,
en los exámenes que debe corregir,
en todo...
Por otra parte, él,
que se fue inexplicablemente
hace unos 3 meses a otro país,
está en su casa,
y otra mujer
(que no es Bianca,
como ya sabrán ustedes...)
está en su cama,
a otra mujer él le da su calor...
Un poco más cerca de Bianca,
se encuentra Rebecca
(en su habitación,
para ser más específicos).
Mira hacia arriba,
hacia el techo lila,
y, como bien pueden deducir,
está pensando en Bianca...
Rebecca está en su
anteúltimo año escolar,
y es una hermosa criatura
de unos hermosos 16 años...
Usa el cabello largo hasta
donde su cuerpo deja muy claro
que la juventud está en ella
muy bien asentada...
El pelo es lacio y marrón,
marrón oscuro;
los ojos son negros
y miran profundamente,
y la boca es pequeña
pero de labios carnosos.
Siempre usa el cabello suelto
(sabe que todas las demás
lo envidian irresistiblemente)
y utiliza algunos ganchitos
de formas graciosas para sostener
una pequeña parte del flequillo.
Es encantador verla andar,
pues resalta dondequiera que esté
del resto de las mujeres,
y el hecho de ser niña y mujer
hace aún más encantadora
su existencia...
Sus uñas siempre están pintadas,
mayormente de colores llamativos,
y en sus orejas lleva unas perlas
blancas y brillantes medianas.
Todo combina irreprochablemente
con su piel, con su aroma,
con todo.
Cuando camina, mueve sus caderas
hacia un lado y hacia el otro,
muy lentamente
(esto hace que los varones enloquezcan,
porque aunque las demás niñas
también lo hagan, ella
tiene una forma muy particular
de hacerlo, y todos la desean
y piensan las cosas más inmorales
al verla pasar...).
Ella es consciente de lo que
provoca al pasar,
pero no hace nada,
pues quiere que un solo
par de ojos se posen en ella:
los de Bianca.