viernes, 28 de mayo de 2010

Que te vayas

Creo que no es tan anormal como puede
llegar a parecer que me encuentre después
de tanto tiempo en el mismo lugar...
Al fin y al cabo, uno termina por pensar
que es algo más de la vida ir y venir
por la calle de la alegría y la de la tristeza.
Es como si uno saltara de una en otra.
El problema es que lo hace casi sin previo aviso.
¿Cuántas veces se nos avisa que vamos a pasar mortalmente
al estado opuesto del que nos encontramos ahora?
Nadie.
Ahí está, nadie.
Y después de que uno lo piensa
y lo reflexiona más de cien veces,
se da cuenta de que no importa realmente ser avisado o no:
va a terminar siendo lo mismo,
y va a terminar sintiéndose igual el sentimiento.
Es inevitable no llenarse de preguntas,
la mayoría de las cuales ya están respondidas,
pero, claro queridos lectores, uno no quiere ver
ni escuchar ni sentir ni oler ni tocar las respuestas.
Que la verdad ofende,
no sé si es tan cierto,
depende de la verdad
y de cómo sea descubierta;
pero que duele,
eso sí.
La verdad duele.
Y suele doler algún tiempo...
En unos más extenso,
en otros quizá unos días.
Pero no, el problema no es aceptar la verdad,
el problema es aceptar que no la podemos cambiar.
Eso es lo que mata, lo que aniquila.
Entonces, ¿qué hacemos frente a una verdad lastimosa?
Nada.
¿Nada?, dirán.
Sí, nada.
¿Qué más tenían pensado hacer?
Es así, nos gusta o no nos gusta,
podemos o no podemos,
nos aman o no nos aman,
nos quieren o no nos quieren.
¿Y cuando no nos quieren como creíamos que nos querían?
Sí, esa es la que más duele, ¿no?
Y bueno, ¿para qué existe el tiempo?
Es el único consuelo,
el único compañero.
Tiempo, tiempo
y más tiempo.
Dejarlo pasar junto a nosotros,
mirarlo a los ojos,
decirle adiós todos los días.
Hasta que llega un día en que se fue todo
y no nos dimos cuenta cuánto tiempo fue,
o cómo lo hicimos.
Por supuesto, las cosas y algunas personas
no se van a ir del todo,
pero van a pasar a ser sólo un recuerdo...
Entonces, no me queda más que suponer
que vos también te irás con el tiempo,
y que a mí se me va a pasar.